La inteligencia artificial (IA) tiene un gran potencial para estimular la innovación, ayudar a las empresas a crear nuevo valor a partir de los datos, y reducir los costos comerciales. El creciente interés en los impactos económicos y sociales de la IA también ha impulsado el interés en las implicaciones comerciales de esta nueva tecnología.
El acelerado crecimiento del uso de la computación en los últimos 20 años mejoró exponencialmente las redes de comunicación y el aumento en el volumen de datos que se recopilan, lo que ha llevado a la IA a la vanguardia de las actividades comerciales y a la agenda de políticas públicas a nivel mundial.
En su proceso de evolución, la IA tiene el potencial de mejorar el comercio de varias formas. Uno es a través de aumento en la productividad de los adoptantes de esta tecnología, que se asocia con mayores beneficios del comercio a través de las exportaciones. Sin embargo, la evidencia empírica sobre los vínculos entre IA y la productividad apenas está surgiendo.
Otro canal que contribuye a mejorar el comercio se relaciona con el potencial de la IA para permitir una mayor eficiencia de la cadena de suministros. Esto incluye una fabricación inteligente, optimizada y automatizada; predicciones mejoradas sobre la demanda del consumidor; y una mejor toma de decisiones sobre la ubicación de la producción.
La IA también tiene el potencial de ayudar con otros objetivos políticos, como la reducción de los gases de efecto invernadero, mediante la optimización de las operaciones logísticas. La adopción de la IA permite a las empresas reducir los costos de producción y ser más ágiles para responder a los cambios que demanda el consumidor.
Hoy la IA más usada es ChatGPT, un chatbot que ha sorprendido al mundo tecnológico, gracias a que puede conversar con los usuarios, dar respuesta a multitud de sus preguntas e incluso redactar todo tipo de textos de forma creativa.
Los chatbots son plataformas de IA entrenadas para intuir las preguntas y dar respuestas a clientes y usuarios a través de, por ejemplo, WhatsApp. Son motores que entienden el lenguaje hablado y el texto, y están dotados de una enorme flexibilidad. Su misión es interpretar la intención de la persona en cuestión de segundos.
Esta tecnología ha sido un parteaguas en diversas industrias, acelerando el proceso de aprendizaje. Esta área tecnológica, con la mayor proyección económica a corto y mediano plazo, tiene un valor de mercado que podría rebasar los 300 mil millones de dólares (mdd) en 2025, según Statista.
Los canales de comunicación son primordiales, ya que permiten conectar múltiples agentes simultáneamente, automatizar mensajes con chatbots en cualquier canal, acceder a informes de desempeño, y obtener información clave para la toma de decisiones. Es fundamental poder ofrecer a los clientes herramientas que permitan mejorar sus rendimientos.